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1 comments | lunes, julio 31, 2006

Armando Robles Godoy no puede ser el padre del cine peruano porque este aun no ha nacido.

Ayer, luego de la insoportable e indigesta Bala Perdida de Aldo Salvini, donde se ve consumada toda la estupidez que comete el “cine peruano” (Muerto de amor, Un marciano llamado deseo, Mañana te cuento, Peloteros y etc., la lista es larga) al formular una historia asumiendo el cine como serie televisiva y, luego de haber tenido todo un día de producciones nacionales, pasada la medianoche trasmitieron una película muy agradable, llamada La vida es una sola, de Marianne Eyde. Se trata probablemente del mejor acercamiento a los años de violencia política y terrorista en el país en zona serrana. Una película que a diferencia de Paloma de Papel condensa mayor naturalidad y personajes mejor desarrollados y concretos, con actores muy versátiles que le otorgan al film momentos casi documentales. Es el retrato de una comunidad de existencia negada, asumida por la orden militar como un error geográfico, un pueblo con obligaciones, sumido en la paradoja del (no) ser y (no) estar en la violencia, proporcional entre el estado y la lucha armada terrorista. Luego de ver esta película, probablemente Paloma de Papel deje de tener un mínimo de interés. Recoge el mismo argumento sin convicciones.
Deja a La vida es una sola, sola, sin compañía.

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Jorge%20del%20Castillo

Designar un Primer Ministro independiente.

Y designó a su mejor amigo.

1 comments | sábado, julio 29, 2006

4

Ls.(22) ha cumplido años la semana pasada. En casa nadie recordó la fecha y, al levantarse, el día continuaba en la familia como si fuera normal. Llegó a la Fábrica temprano y se negó a recibir un saludo. Rechazó el almuerzo que le teníamos preparado. Solo vino a recibir su pago para comprar una caja de cervezas que deseaba tomar arriba con su gente. La gente con la que desde los 9 años estuvo involucrado en pandillas.
Ha trazado un mapa indicando el lugar donde podemos encontrarlo si nos animamos a tomar una cerveza con él. Y nos pide que recemos para que mañana este vivo.


Ls. ejerce un liderazgo sorprendente pese a su estado físico. Luego de recibir dos bala hace unos años en la pierna, cojea y su andar es lento. Le dicen El viejo y no por ser el mayor. Sus favoritos para robar han sido los ancianos. De ahí lo de viejo.

Ha tenido una sola novia.
Una rosa en tinta en la piel es el único recuerdo de su última relación amorosa.

En casa, el clima -en su extensión- es complicado. Su padre murió de una broncopulmonía.
Quizá sea una metáfora. Hace más frío adentro que afuera.


No imaginamos a Ls. robando celulares o protegiendo a toda una línea de microbuses que recorren las zonas más peligrosas de Florencia de Mora y el Alto Trujillo.
El liderazgo negativo de Ls. jala a los demás chicos que alguna vez le pidieron ser sus pupilos.
En desafío y como prueba de su tutelaje Ls. les pidió que robaran unas zapatillas y dos mochilas de los vestidores de la piscina donde hacen deporte. Los chicos lo hicieron y les costó a la mayoría un castigo. Fueron descubiertos y suspendidos por tres días de la Fábrica.

Cuando recorre su zona y atraviesa alguna calle donde un lustroso cartel advierte el corte de cabello por 3 soles, de la misma ventana aparece un cráneo que luce rubias mechas alborotadas. En el aire aparece un ruido. Una frase. Una palabra que hoy le parece graciosa. Sonríe cuando oye ¡marido! Se trata de algún travesti que lo recuerda. Quizá el mismo peluquero que compartió con Je. durante un tiempo.

5

Cuando mi compañera de internado y de labores en la Fábrica ha preguntado a Ji. (12 años) que quisiera ser cuando sea grande, este le ha respondido que faite. Le gustaría ser un buen faite. E imita el gesto de disparar señalando con el índice la cabeza de mi compañera.

Su padre fue asesinado bajo su mirada en un aparente ajuste de cuentas en una pollada un domingo.

6

Ml. de 12 años, hermano menor de Lo. y Jn. ha dejado la fábrica para trabajar en una construcción como peón y guardián nocturno por 5 soles la noche.
Cuando no aparece por la Fábrica en uno o dos días, vamos a su casa a buscarlo. Ya había dejado la fábrica anteriormente, presionado por su madre para vender caramelos. (Desde que Lo. y Ml. dejaron de alcanzarle más de la mitad de su sueldo a su madre, está empezó a sospechar que sus hijos eran explotados en la Fábrica bajo un miserable sueldo. Ahora ella recibía menos dinero que antes. Sus hijos estaban cansados de que esta se lo gaste en polladas y borracheras. Mientras ellos trabajaban todo el día). Aquella última vez, bajamos con él de un micro. Nosotros como pasajeros y el como un niño que se gana la vida honradamente vendiendo caramelos.

Ml. es único como los demás y le hacen falta solo tres minutos para hacerse adorable. Para ser objeto de todos los cariños y las atenciones de quienes visitan la Fábrica para hacer algún reportaje. Es el engreído. Y lo sabe. Y se muestra intocable. Poderoso. Con derecho a hacer lo que le viene en gana. Como un ángel que ha perdido su cielo.

7

An. es uno de los últimos jóvenes incorporados a la Fábrica. Ha empezado a tener pesadillas. En ellas aparece Ls. con un cuchillo o un revólver amenazándolo, intimidándolo e increpando su rápida adaptación en la Fábrica confeccionando y vendiendo escobas. Rechazando su buena conducta y notoriedad en la última semana.

An. teme que esto suceda en algún momento. Que vaya a ser tomado por los más vagos como causita por su buena conducta. Y con esto se originen nuevos problemas.
Ha empezado a faltar al trabajo aduciendo una enfermedad. Ha vuelto con el mismo escozor en la ingle con que llegó de la selva. Un bulto con terminación pusiana. Un bulto que con el tiempo iba a desaparecer. Eso le dijeron los médicos en la selva.

Y el bulto sigue ahí, infectado. Ha ido al médico. Y el médico en la costa le ha dicho de qué se trata. El no termina de entenderlo.

Acaba de comprender con nuestra ayuda lo que significa una sífilis. Pero el significado es corto. Pasa su tiempo en internet digitando en Google la palabra sífilis.

8

La llegada de Cs. (23 años), como gerente en su imaginación de humano mentalmente distinto, empezaba a complicar las cosas. Cs. tiene un ligero retraso mental. Era constantemente provocado en su diferencia y generaba las burlas de Ls. y Lo. y del resto de chicos progresivamente, desde los mayores hasta los más pequeños que han empezado también a burlarse de Cs. A practicar la crueldad y la burla en su interacción.

Luego de comentar y explicarles porqué Cs. es distinto, los chicos comienzan a mostrarse sensibles frente a la diferencia.

9

Fo. (15 años) oye voces. Las voces del demonio. El estrés ha desatado lo que parece ser la expresión de una psicosis esquizofrénica.
Desde hace un mes viene escuchando las voces del diablo que intenta hacerle daño, anunciándole además el fin del mundo. La llegada del Apocalipsis.

Fo. ha conseguido mitigar sus alucinaciones ingresando a una iglesia evangélica y leyendo diariamente la Biblia para contrarrestar los mensajes del demonio.
Fo. ha intentado confundir, temeroso, sus alucinaciones con un sueño.
Pero acaba de reconocer que todo es real. Aquellas voces se producen en la realidad de su mente.

Este último mes, Fo. ha perdido peso y su aliento es insoportable. Su aspecto es calavérico. Llega a trabajar con unas ojeras enormes y la órbita de sus ojos pronuncia cada vez más un rostro enfermo. Rasgos del insomnio y el temor provocado por las alucinaciones.

La docilidad de la timidez de Fo. ha sido utilizada por Lo. y Ls. para molestarlo diariamente. Ls. le dice “tu eres mi mujer, mi hembra” y Lo. “maricón de mierda, avívate”.

Desde nuestra llegada, con trabajo psicológico y entrenamiento en oratoria y habilidades sociales, Fo. aumentó considerablemente sus ventas aunque aun sigue mostrando lentitud en la confección. Ambas son actividades distintas. Una social y la otra individual y solitaria.
Pero ha logrado un cambio significativo en lo que más le interesaba y le venía trayendo dificultades; la interacción social. Vencer la inseguridad y su extremada timidez con ensayo en las ventas.

En la terapia de grupo, luego de iniciar el contacto y provocar una pequeña crisis emocional, intento producir un diálogo imaginario entre Fo. y su padre que desde pequeño lo califica de tonto e idiota cada vez que este realiza una acción. Me asomo al oído de Fo y susurro aumentando cada vez el tono de mi voz y agresividad las palabras tonto e idiota, emulando y recordando a su padre, intentando traer su figura al espacio y provocando la furia de Fo. que hace puño y golpea rudo el piso. Para que no se haga daño golpea los cojines y grita ¡basta!, ¡deja de llamarme idiota, no soy un idiota, cállate. Yo soy un buen niño!

Fo. está dirigiéndose imaginariamente a su padre y logra explotar, mostrar toda la cólera reprimida en su presencia. Logra completar el contacto y el ciclo de la experiencia. Se calma. Quiere compartir su experiencia y sus sentimientos. Lo que en terapia llamamos el darse cuenta. Pide hablar y, él, que normalmente es tartamudo, empieza a fluir. Habla claramente y en tono alto. Dirige la mirada al grupo. Narra un sueño que parece parte de un delirio pseudomístico en el que aparecen ángeles y demonios que le anuncian el fin del mundo. La llegada del Apocalipsis. Y todos escuchan atentos a Fo. por primera vez. Nadie se atreve a reír o interrumpir el curso de su relato. Fo. fluye en el lenguaje y se le ve confiado. Por primera vez ha sentido que puede tomar el poder dentro del grupo. Que puede ser respetado.
Cita pasajes bíblicos con una memoria sorprendente que nos deja a todos perplejos.

10

Mi. tiene 18 años.
Cuenta que descubrió ella misma que su primo es en realidad su hermano.

Su madre una mañana se cortó el dedo mientras picaba la cebolla. Ella aprovechó el momento para recoger unas gotas de sangre.
Su primo, otra mañana, se cortó el dedo mientras cortaba madera. Ella aprovechó el momento para recoger unas gotas de sangre.
Fue directo al laboratorio médico. Dejó las muestras de sangre y al día siguiente los resultados arrojaron su sospecha. La sangre de su primo era compatible con la de su madre. El laboratorista afirma que tienen el “mismo gen”. El mismo ADN. Tiene un hermano. Su madre lo ocultó durante todo este tiempo. No se lo contó a nadie. Ella lo acaba de descubrir.

Todo esto es parte de la imaginación de Mi. A menudo inventa historias con las que pretende captar afecto. Su madre dice que es una mentirosa. Y todos dicen que es una loca. Que habla huevadas.


Acabo de conversar con ella y su madre. Su madre solo desea que deje de mentir. Mi. calla y niega con la cabeza.
Al final de nuestro encuentro me pide tiempo para confesar un secreto descubierto y por el cual considera que su madre es una cínica con pretensiones morales, mucho más mentirosa que ella.

Mi. confirma haber descubierto que su madre tiene un hijo. Que ella no es la única. Que este capítulo termina con el comienzo.

3 comments | jueves, julio 27, 2006


1

Hemos tomado una decisión.

Nos hemos sentado con Ls., Je. y Lo. a discutir su futuro en la Fábrica de Escobas.
Je. ha regresado incomprensiblemente a la Fábrica luego de haberse marchado sin pagar una deuda de 150 soles de un adelanto en su sueldo.
La última vez que fue visto por aquí antes de su reingreso robó el celular de la jefe, técnico de la Policía Nacional del Perú. No lo ha devuelto.
Y así ha regresado nuevamente. Se le ha dado una nueva oportunidad. Otra de tantas.

Por otro lado, la actitud en las conductas de Ls. y Lo. con los demás chicos es violenta y ambos muestran mínimas consideraciones de respeto y sensibilidad con los demás.

Ls. viene representando desde hace un tiempo un ejemplo inadecuado que ante la fragilidad emocional y las características similares en la estructura familiar de los más pequeños y su contenido biográfico, pasa a convertirse en un factor de riesgo permanente.
En las prácticas de la terapia de grupo hace notar su actitud desinteresada y desvinculada con la experiencia del resto. Teme ver confrontada esa otra parte de su emocionar que no (re)conocía y que ahora trata de evadir y no enfrentar bajo el riesgo de mostrarse tan vulnerable como y con los demás.

Y con un cinismo que convence, no duda en estropear cada una de las sesiones junto a Je.

2

La primera vez que Je.(20) fumó pasta básica de cocaína tenia 12 años. Había escapado de casa maltratado por su padre alcohólico y la violencia en su hogar, encontrando espacio en la Jaula de los Tordos de Zela en el barrio Chicago. Allí recibió un machetazo cuando intentaba beber alcohol de la botella del más desgraciado de los adultos del pampón a escondidas. La huella es una cicatriz de 30 centímetros que se prolonga desde el pecho a su abdomen.

Sus dos hermanos son adictos a la pasta básica y roban cuando es necesario. Su padre es alcohólico y su madre ha perdido el control del hogar.

Je. ha dejado ya de usar drogas. Para conseguirlas, durante un tiempo, mantenía relaciones sexuales con algunos travestis dedicados a la peluquería en su barrio.

Ahora roba celulares. Protege tres y hasta cuatro microbuses de una línea que recorre su zona y sube a ellos a asaltar a cualquier descuidado pasajero de regreso a Trujillo. Cuando tiene problemas huye por la ventana del microbús y llega a la Fábrica con la muñeca dislocada a contar su historia, predominantemente épica en todo su contenido, total y parcial.

Con el dinero que obtiene al robar, Je. saca a su novia a comer en sitios que como el dice son buenos lugares. Cada vez que puede, trata de ofrecerle lo mejor a su jermita.

Después de 10 años de consumo de drogas, Je. ingresa a trabajar a la Fábrica.Y aquí la tranquilidad se mantiene. Je. se apoya en dos muletas. Ha sido masacrado el domingo último por una pandilla.

3

La conducta y los sentimientos de Lo.(15 años) luego de descubrirse vulnerable y frágil en la terapia de grupo, devienen en una conducta de reafirmación agresiva que esperábamos como parte del cambio.

He intentado conducirlo dentro del grupo para que logre resolver el fuerte resentimiento que tiene hacia su padre. Un resentimiento ocasionado por el abandono. Su padre dejó la casa cuando él era pequeño. Las imágenes que guarda de su padre están llenas de rencor y resentimiento.

Su hermano mayor fue asesinado el año pasado mientras conducía un asalto. Recibió dos tiros. Y está en el cielo. Lo. teme ser como él. La historia familiar está conducida por relatos donde se mantiene la delincuencia y el consumo de drogas.


Lo. mantiene con Ls., una relación de violencia- agresión simétrica dentro de la Fábrica. Una agresión tipificada. Ambos ocupan el mismo cargo y ninguno de los dos se ubica en alguna jerarquía superior. Se desempeñan como confeccionadores y vendedores según el tiempo en que estas tareas les convienen.

A pesar de los golpes y las amenazas de Ls., Lo. se mantiene desafiante y vuelve a agredir nuevamente y de forma verbal a Ls., que tiene el defecto de la cojera en la pierna derecha. Las bromas y burlas de Lo. se dirigen al defecto en la pierna de Ls.
Ls. responde a estas agresiones con una amenaza inicial. Si Lo. insiste, Ls. responde lanzándole algún objeto que encuentre cerca o, tomándolo del cuello golpea su cabeza.

Las amenazas en algunas circunstancias son más fuertes, amenazando Ls. de muerte a Lo.
Las cosas no han llegado al peligro de la amenaza hasta ahora.
Cuando ambos salen a vender a la calle, Ls. se queja de Lo. Le quita los clientes, afirma.

Luego Ls. se muestra resentido ante tal actitud. Le recrimina a Lo. y este pide disculpas que no son aceptadas.
Ls. se muestra desmotivado y deja inmediatamente a un lado sus productos. Deja de ofrecerlos y con esto de vender. Permanece todo el tiempo en la camioneta sin hacer nada mientras Lo. le ofrece el dinero de sus ventas para ser disculpado. Dinero que no es aceptado por Ls.
Estas situación genera que Ls. al dejar de vender disminuya sus ganancias por venta. Además mantiene durante el resto del día, un mal humor que lo inmoviliza en el trabajo para salir a descargar su agresividad reprimida en la Fábrica, delinquiendo.

Frente a esto, Lo. mantiene la misma actitud. Su ánimo decae e igualmente se inmoviliza. Viene la tristeza.

Pasan las horas y están nuevamente reconciliados y amistados. Olvidan lo que ha sucedido anteriormente y al siguiente día se repite la misma historia. El mismo acto de violencia.
A este momento de reconciliación y perdón le llamamos en terapia, la pausa complementaria.
Esta pausa complementaria comprende dos momentos:

La aparición del sentimiento de culpabilidad, que observamos en Lo. cada vez que pide disculpas a Ls. y le ofrece incluso dinero que no es aceptado.
Los comportamientos reparatorios, que en el lenguaje de Lo. toman la forma de abrazos y muestras de cariño verbal hacia Ls.; además de promesas y juramentos de no volver a molestarlo jamás.

En este tipo de violencia, la autoestima y la identidad no sufren problemas ni transformaciones, se mantiene intacta ya que con sus actos ambos se revaloran y son existencialmente reconocidos. El pronóstico para este tipo de violencia es favorable ya que no se reconocen secuelas desfavorables si procedemos a intervenir a tiempo.

La violencia, como hemos visto, se manifiesta siempre como un ritual que tiene una escena determinada en la fábrica y que se repite de manera siempre idéntica. A esto le llamamos en terapia el consenso implícito rígido.
La violencia en estos casos tiene siempre un espacio físico (la fábrica y la calle cuando salen a vender), temporal (cada vez que comparten alguna labor) y temático (la cojera de Ls.).

5 comments | lunes, julio 24, 2006

El posmodernismo, como condición que afecta en su núcleo a la familia, es abordado por Yacila en el weblog de Pliegue.

www.sicopliegue.blogspot.com

3 comments | sábado, julio 22, 2006

En el poblado de San José viven 46 familias. Y en Quishuar Corral 85, aproximadamente. Este último tiene una escuela primaria creada a inicios de los 90. Su economía depende de la agricultura (papas, trigo, cebada, ocas, mashua, olluco, habas, chochos, avena, alverja, quinua, linaza) y la ganadería y crianza de animales menores. Quishuar Corral entrega un aproximado de 1000 litros de leche al día a la compañía de leche GLORIA, que paga por litro entre 60 y 70 céntimos.
San José entrega leche a Nestlé.

Un día aparecieron los mineros, a mediados de los 80. La gente del pueblo no sabía de qué se trataba. Llegaron unos gringos inmensos que la gente pensaba salían de los cerros y la laguna.
Lo que sigue es el testimonio de un campesino de la zona (dividido en dos áreas a su vez divididas en dos, la primera, y en 4 la segunda), narrado con ese espíritu provisto de inocencia, ingenuidad y bondad pura que caracteriza al poblador de la sierra, ajeno a las miserias de la costa.
Dicen que somos, el atraso.

LOS HECHOS

Los primeros contactos:

Desde el año 1988 hasta 1992 entraron en nuestras tierras a poner estacas, decían acompáñanos, algunos les acompañábamos nos daban una propina, otras veces los niños corríamos porque teníamos miedo, unos decían que ellos mataban, porque era gente mala salida de los cerros. Después ya llegaron con gente armada y sus maquinarias nuevas sin comprar ni arrendar terrenos, pensábamos que algo estarán haciendo, algunos pensaban qué bonitas máquinas, antes nadie venía por acá.
La gente tenía curiosidad, otros teníamos miedo.
Los niños pedían que les regalen sus baldes que quedaban de los combustibles, a veces les dábamos quesillos o cuyes a cambio de los baldes. La primera empresa que llegó era GEOTEC que sigue trabajando para Yanacocha hasta ahora.

Las Compras de Tierras:

(El año 1993, la Minera Yanacocha comienza a comprar tierras en la zona, hasta hoy, aunque han mejorado los precios porque la gente está más al aviso).

El primer ingeniero de la minera era Julio Escalante, que lo hacía llamar a la gente para que digan si son o no son dueños de los terrenos donde la mina había estado trabajando. El ingeniero pedía documentos de propiedad: "Si tienes título, escritura, si estás pagando predios eres dueño, sino no".
Luego apareció Esaú Sales diciendo que si no vendemos, la minera nos iba a expropiar los terrenos. El era muy abusivo, rápido gritaba. Con FORZA incluso prohibían que nos acerquemos con nuestro ganado a pastear, sin que hayan comprado las tierras, antes de que sean dueños ya no dejaban entrar, FORZA con su armas nos ponían.
La minera nos dijo que iba a sacar nuestras escrituras, que lo iban a corregir, midieron los terrenos, pagaron los predios, pero la medida era lo que ellos decían, no lo que nosotros señalábamos, y ya luego cuando estaban listas las escrituras ahí no más para ir al notario y vendelo las tierras, ya nada para hacer.
Los primeros campesinos que vendieron sus tierras fueron don Juan Castrejón Herrera a cien nuevos soles la hectárea, él vendió como 70 has., don Genaro Castrejón Pompa al mismo precio vendió como 12 has.; siguieron Teófilo Castrejón Flores, Manuel Castrejón Herrera, David Villanueva Yopla, Hermógenes Cueva Herrera, Rosario Herrera Castrejón y otros.
Cuando don Narciso Sánchez Minchán y otras familias como la de doña María Flores Herrera lloraban y rogaban para que no le quiten su terreno, entonces el Ing. Sales decía que esos terrenos solo valían 50 nuevos soles, y que ellos estaban pagando por un favor hasta 100 nuevos soles, que lo recibamos no más y si no queremos recibirlo la minera iba a poner el dinero en una banco de Chiclayo de donde con abogados teníamos que ir a cobrar y los abogados iban a cobrar su parte y menos dinero íbamos a recibir.
A mis hijos, mitayitos, que le gritaban al Ing. Sales diciéndole que no lo van a dejar el terreno ni que lo saquen el oro, el ingeniero das sacaba su correa y los corría, ¡como saben que hay oro malcriaos les decía!
Yo estaba, medio mal de la cabeza, solo mi esposa y mis hijitos defendían mi tierra. Yo tuve un derrame cerebral que me dejó malo desde 1994, era como loquito, me sacudía todo mi cuerpo, los ingenieros me llevaron en sus carros a firmar papeles no sé ni cuanto me pagaron, mi esposa recibió plata que se gastó en mis remedios y lo demás comimos, y ya sin tierras nos quedamos. Mis hijos eran chicos y dijeron que cuando crecían les iban a dar trabajo en la mina. A toditos nos acabaron engañando, Ignacio y Hermógenes casi todo lo vendimos. Hermógenes Cueva Herrera vendió 10.5 has. y con la otra mitad me quedé donde ahora vivo, al pie de la mina.


Los mineros, además del pago de la tierra ofrecían dar trabajo, y decían que solo iban a quedarse cinco años, y que cuando terminaban sus trabajos el terreno se iba a quedar con nosotros, que el pago era como un préstamo no más, antes mucho estaban pagando. Nos mintieron todo, al infierno seguro se irán un día.
Si alguna de nuestras casas quedaba en su propiedad, nos decían que podíamos quedarnos y pastar a nuestros animales. Algunos teníamos casa de pajita y pirca, al comienzo nos dejaban estar, pero después ya venían guapos y nos botaban, nos decían: la mina lo necesita tienen que salir a las buenas o a las malas, y tristes teníamos que salir, algunos llorando no más tenían que dejar su tierra.

El año 1995 fuimos a pedir ayuda a la Vicaría del Obispado de Cajamarca, con el padre Efraín. Siempre nos decían vamos a ver qué se puede hacer, nos sacaban cuotas para pasajes y documentos (de cincuenta en cincuenta) pero un día ya nos cansamos de venir tanto al pueblo y un día después nos llamaron para que aceptemos plata de un préstamo con plata de la mina. El que había vendido sus tierras podía sacar plata prestada, más resultábamos endeudados, y los empleados de la Vicaría cada vuelta venían a cobrar, algunos vuelta teníamos que empeñar nuestra casa para conseguir cómo pagar, otros no han pagado y no quieren pagar y así están hasta hoy.

LA CONTAMINACIÓN

Agua y Suelos:

En un inicio, las máquinas que perforaban botan como un desagüe, los mineros hacían un hueco en la tierra y allí lo metían los lodos sin poner plástico, ni cemento, nada, así no mas lo enterraban.
Al comienzo de las explotaciones enterraban cochinadas en el Carachugo de donde nacen las aguas, en la Quebrada de Encajón también echaban sus cochinadas (antes se llamaba Callejón, pero ellos le cambiaron el nombre, seguro para confundir).
Como la mina se siguió engrandando, en tiempos de lluvias bajaban las aguas a las tierras movidas y los entierros, todo sucio bajaba el agua. El canal Challaquero que nos da agua sale del botadero del Cerro San José. El agua del canal comenzaba a llegar sucia, de colores, marrón, amarillo, cuando las lluvias los canales se desbordaban y las suciedades se venían a nuestros terrenos. Solo después comenzaron a poner pacas de arroz, nylons para que la tierra no baje, pero cuando llovía mucho, todito lo bajaba.
Muchos amigos, vecinos vendieron sus tierras y ya se han ido a vivir a otro lugar. Yo vivo a 50 mts. de la presa del Río Grande, antes ahí habían manantiales que nos servían para la comida y el ganado. Pero después que construyeron la presa, de los dos manantiales solo se ha quedado uno. Ya casi no hay agua, no tenemos agua potable (Matías Cueva Castrejón). Yo me fui hacer reclamo a la minera porque se perdió el manantial, pero ellos me dijeron que como los demás ya se han ido y yo no tenía resolución para usar el manantial, entonces me dijeron que no soy dueño, porque no tengo permiso del Distrito de Riego, entonces ya no pude hacer un reclamo cabal, un reclamo justo.
Las aguas llegan sucias, amarillo, rojo, marrón. Nosotros reclamamos pero nadie obedece.


Animales:

Al comienzo no pasaba nada con los animales, pero después los animales que tomaban esas aguas o pasteaban se enfermaban, comenzaban a enflacarse y después se morían. Algunos otros se morían de enfermedades raras, cuando lo partíamos encontrábamos alambres en el corazón o en la panza, los alambres son de las pacas de arroz que la minera coloca en los terrenos para controlar la erosión.
Una vez hemos pedido apoyo al Servicio Nacional de Salud Animal - SENASA, pero los ingenieros no nos han ayudado, ellos más andan con los ingenieros de la mina.
Los mineros dicen que cuando las ovejas se pelan su piel o los ganados se mueren es por otras enfermedades. Algunas veces la mina mandaba una excavadora para hacer un hueco y allí lo enterraban los animales. Será pues la contaminación, ya no se puede comer esos animales. Mejores vacas, mejores toritos, se mueren no más.


Aire:

En tiempos de verano, todo es polvo, olores terribles como si quemaran cohetes o llantas quemadas, duele la cabeza, como tipo de niebla viene y como borrachos nos deja. Depende de cómo está el aire, unos días a Quishuar, otros a La Apalina.
También se siente como temblor, en nuestras casas todo el piso se mueve, las tejas se salen de su sitio. Varias paredes de las casas se han partido, los mineros dicen que es porque no lo ha hecho bien el albañil. Hasta el reservorio del agua que es de cemento se ha rajado. Cuando hemos reclamado a la mina, a los señores Alberto Herrera, a Segundo Terrones Cotrina y Mónica Jacobs vinieron a ver y dijeron que no es producto de los disparos de la mina, sino de la naturaleza porque los terrenos son sueltos. Ellos llevaron unos aparatos raros para medir a la hora de disparo de la mina, y luego nos contestaron con documentos que dicen que las roturas de las viviendas no son por los disparos sino por razones naturales.
Del polvo dicen que todo está controlado, y que no hay problemas, que el polvo es muy pequeño y no causa daño, pero nosotros lo vemos en tiempo de verano cuando caminamos en el pasto, todo el polvo se levanta cuando caminamos, y en tiempo invierno todas sucias bajan las aguas de los pastos.

Daños:

Cuando construyeron la presa, la mina destruyó un puente que lo habíamos construido las comunidades de Quishuar, Combayo, La Shacsha. Los mineros usaron los caminos que nosotros habíamos hecho hasta que un día lo tumbaron el puente. Yo reclamé, (Matías Cueva Castrejón) al Ing. Esaú Sales, pero él me amenazó diciéndome que tiene ocho abogados y que no me meta. Yo les mandé un documento reclamando, y me amenazó diciéndome "pendejo", ya no te vamos a comprar tus tierras, a lo que le dije que yo no quiero vender mis tierras, la conversación acabó mal, me dijo que entonces la mina será como con "los monos", una lucha será. Ahora, cuando llueve mucho, el agua entra hasta nuestra casa, toda una lástima, porque en los terrenos de los vecinos que ya han vendido a la mina han hecho como sequías, unos huecos, ahí se junta el agua y luego pasa a mi tierra y a mi casita, qué ya podemos hacer, cosas nos vienen haciendo, quién podrá verlo a los pobres.
Recientemente (26-03-2006) la minera ha hecho vuelos rasantes con un helicóptero, los niños lloran y se asustan, los animales se asustan también, rompen sus sogas, otros se atracan y manean, pueden ocurrir daños. No queremos que la minera asuste a nuestros niños y nuestros animales. Qué ya podemos hacer, nadie hace caso.


Los ingenieros de la mina a veces se van a la comunidad cuando reclamamos, llegan y ofrecen todo: vamos a hacer agua, luz, carreteras y nunca cumplen, les vamos a dar trabajo han firmado uno y otro compromiso, pero nunca cumplen o cumplen poco.

Trabajo:

A veces la mina nos ha dado trabajo en los services, unas existen y otras ya no (Multiservicios Porcón, SEGELPA, Nueva Esperanza y otras) nos hacían trabajar, pero al final varias de estas empresas se han ido sin pagarnos. Nos hemos quejado al Ministerio de Trabajo, pero solo hemos perdido nuestro tiempo, el Ministerio de Trabajo dice que si Yanacocha lo ha pagado al service, el problema no es de la mina. Aunque hemos trabajado para Yanacocha, la mina dice que no es su problema sino de la empresa de service.
Hemos trabajado en horarios de 7 a.m. a 6 p.m. con media hora o veinte minutos de almuerzo, de lunes a sábado, comiendo frío nuestro fiambre, pensando que nos van a pagar, pero no nos pagaban, y luego para reclamar, no había ni plata para enjuiciar. Los services ofrecían pagar a un peón 500 nuevos soles, un capataz a 600 ó 700 nuevos soles, pero al final muchas veces ni pagaban nada. Al capataz, o al chofer que llevaba el personal si le pagaban a tiempo para que lleve al personal, pero el peor era el peón. Para trabajar incluso teníamos que llevar nuestras propias herramientas. Todo sufrimiento.


¿Algún día alguien (EL ESTADO y nosotros, la sociedad) se ocupará de ellos?

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Un camión que trasportaba petróleo a las instalaciones de la empresa Minera Gold Fields sufrió un accidente la madrugada (4:30am.) del martes 4 de julio en la provincia de Hualgayoc en Cajamarca. El resultado, el río Pabellón Quinua completamente contaminado. El resultado, la muerte masiva de truchas y animales de río. El resultado, el agua del río que era utilizada para las labores agrícolas y pecuarias en peligro. El resultado, el mayor recurso inutilizable. El resultado, la labores agropecuarias y pecuarias han quedado totalmente suspendidas, afectando con esto las actividades económicas no solo de este pueblo ya que el derrame con la corriente del río se expandió a los poblados de Pampa Larga, Quebrada Honda, Incatambo, Tantachual; ríos a su vez contribuyentes de Gallito Ciego, una de nuestras más importantes represas.

Los pobladores consideran insuficiente la limpieza llevada a cabo por la empresa minera y para ello han sentado denuncia por daños al medio ambiente.

Y mientras esto ocurre, el alcalde de uno de los poblados no ha tenido mejor idea que construir con la millonada entregada del canon minero, un estadio de fútbol, una plaza de toros que es usada una sola vez al año y además, ha proyectado el edificio de su municipalidad en 4 pisos. Y al costado la construcción de un hotel de 10 pisos, en un poblado donde los agricultores cosechan a duras penas y solo para poder comer.

¿Se imaginan una municipalidad de 4 pisos y un hotel de 10 en un poblado sin ningún atractivo ni recurso turístico que posibilite dicha infraestructura, de menos de 100 familias, con recursos insuficientes, que no han recibido ningún tipo de beneficio del canon minero?

El alcalde se ha propuesto ser absolutamente moderno.

5 comments | miércoles, julio 19, 2006


¿Qué sucede cuando todo es soledad y lágrimas? Cuando la lluvia calma con el sol y el arco iris brilla en blanco y negro.
Dormir es solo proyectar sueños a través de la ventana.

La lluvia insiste a brillar como el sol.

Caminas obedeciendo la lluvia. Intentas no dejar círculos en el camino, trazando una línea recta con la que asumes causa y efecto aunque confíes en la circularidad del destino.

Una línea continua iluminada por una sola estrella.

Te proteges de tus lágrimas argumentando la lluvia. Un paraguas. No existe un paralágrimas. Nuevamente un beso como paño que absorve la humedad. Una proyección de fragmentos que (re)componen la felicidad.

Una lágrima como última sonrisa para el amor.

Demasiadas lágrimas.

4 comments | lunes, julio 10, 2006


Hace unos días se celebró el día del maestro. Y me encuentro en el Diario Educar. Tribulaciones de un maestro desarmado de Constantino Carvallo. Un libro estupendo. Real por sincero.
Y me encuentro con esta maravilla, que aquí reproduzco:

“El no creerme del todo mi oficio me permite observarlo con distancia, como si no estuviera involucrado en él. En los 30 años que llevo “fingiendo” ser maestro, algunos alumnos me han hecho sentir capaz de ser bueno y otros, felizmente, no me dan importancia, poniéndome en mi sitio. ¿Por qué se sigue estudiando educación el Perú si el sueldo promedio de un profesor es 600 soles? La primera obligación del profesor es desnudar sus verdaderos motivos.

Ser maestro es un oficio de anfibio, una extraña mezcla de actividad intelectual y negocio del espectáculo. El profesor dice que quiere enseñar y orientar, cuando en verdad quiere ser escuchado, contemplado y obedecido. Se siente Dios en el sexto día porque su obra es otro hombre. Ser maestro también es oficio de vampiro: beber el vigor, la alegría y la inocencia de los otros. Así que mejor empiezo a confesar mis robos.

Por mis alumnos, me he sentido grande y poderoso. A veces hasta sabio y elocuente. Me he sentido padre, compañero, hermano, amigo. También, aunque duela confesarlo, me he sentido hijo, hombre débil que se ampara en otra fortaleza. He cogido sus miradas atentas y las he llevado conmigo para salvarme de la soledad y de la pena. Solo al recordarlas he podido abandonar la seriedad y darle menos importancia a mi vida.
He dialogado en silencio con muchos y me he sentido lúcido y ameno. He aprendido la bondad y el candor de algunos; de otros, en cambio, he copiado el vigor, la seguridad, el entusiasmo. Porque los chicos deben ver en un maestro a una persona firme, que les muestre que llegar a la adultez es deseable.

Eso es lo que exhibo, pero muchas veces no es lo que siento. A veces creo que la vida no vale la pena ser vivida, que no es importante conseguir lo que se quiere. Pero jamás he compartido con un alumno un momento de depresión. Cuando murió mi padre me ausenté del colegio para no compartir con mis compañeros mi duelo. Así que he pasado la mitad de mi vida tratando de mostrar a mis alumnos algo que no siempre soy. Me persigue un sentimiento de usurpación, de estar en el lugar de otro.

Creo que más importante es lo que el maestro calla: no se educa con la prédica, sino con la conducta. En este sentido, maestros son Sócrates, Jesús, Teresa de Calcuta, Buda. Pero yo no. No me sorprende que a mis alumnos no les dé la gana de estudiar, porque yo tampoco la tuve. No me siento capaz de sermonear a un chico que ha robado, porque yo también he robado. Pero sí puedo sentir por él mayor comprensión y, como maestro, empezar a corregirlo.

Me satisface, sin demagogia, sentir que mi alumno ya se olvidó de mí. Me molesta encontrar a un ex alumno que todavía está buscando el vínculo umbilical y que aun no se enfrenta al mundo. Por él solo puedo sentir remordimiento. Porque quien prepara a un hombre para que corra los cien metros planos no lo hace para que sea menos que él, sino para que gane.

Eso es lo que trato de hacer con mis alumnos. Aquí esta la perfección del maestro, lo que yo no tengo: el desapego. No perder de vista que esa extraña relación afectiva entre maestro y alumno siempre está a punto de morir. He visto llorar y sufrir a profesores porque se involucran demasiado con sus alumnos. Dice Fernando Savater: “Llorar y sufrir nos puede confirmar humanos, pero de ninguna manera nos confirma maestros”.

Dice Freud que los maestros ocupamos el lugar del padre. Yo no estoy de acuerdo. Nuestra ventaja no está en saber más de pedagogía, sino en sentir que los hijos no nos pertenecen.

Es más difícil, pues, ser padre que maestro. Quiero ser transparente: no se trata de anular la relación humana y la calidez entre maestro y alumno, sino solo la intimidad. El problema es cuando el profesor carece de suficientes vínculos afectivos y depende demasiado de sus alumnos. Creo que esas personas no deberían trabajar en este oficio.

Un buen maestro es quien mantiene una relación asimétrica con sus alumnos: da y no espera recibir. Yo, lo máximo que espero que se afirmen a sí mismos y que sepan adaptarse a este mundo. Me preocupan las personas que quieren imponer su originalidad por encima del mundo, pero también las que aceptan el mundo sin defender ninguna originalidad.

Cuando encuentro un ex alumno en la calle, no me interesa saber que estudia. No me interesa tampoco si ha ingresado en el primer puesto de una universidad porque igual puede ser un canalla. Me interesa cuál es su pasión y si la está llevando a cabo. Creo que la pasión es lo único que nos salva.

El afecto entre un profesor y un alumno existe, pero es abstracto: Cristo no amaba a Judas o Juan, sino a la humanidad. Al maestro se le va un alumno y tiene que olvidarse de él para amar a todos los que vengan. Ama a la infancia y no a un solo niño. Separarse de los alumnos, lo que no puede parecer una desgracia, es la condición que permite la salud de una relación educativa.

Los amores, el filial y el de pareja, suelen estar contaminados de luchas por la posesión. Esta extraña relación entre maestro y alumno es, en cambio, como esos encuentros breves y furtivos. Como van a terminar pronto, solo queda la generosidad, la entrega, la gran performance. Me alegra entonces que mis alumnos se vayan. Así me enseñan que las cosas bellas se terminan, pero que la vida continúa”.


Deberían incluir este libro en el currículo de cualquier facultad de educación, humanidades o pedagogía. Como texto esencial.

1 comments | viernes, julio 07, 2006

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos, parecen repetir Toru Watanabe y Mikage Sakurai. O más bien Haruki Murakami y Banana Yoshimoto. Y la mayoría de sus personajes.

Tokio Blues (Norgewian Wood)

Naoko, Kizuki, Midori, Rioko, Tropa-de-asalto y Nagazawa; todos visten chaquetas de tweed y son amigos de Watanabe, Toru Watanabe, el protagonista de Tokyo Blues (Norwegian Wood), las más Murakami de las novelas de Haruki Murakami.

Se prolonga la historia de Sputnik, mi amor.

Watanabe construye en cada amistad una perdurable historia. Un vínculo sujeto a las ataduras de la incertidumbre y la (des)esperanza. Amores imposibilitados por el ruido de la amistad que involucra amar en silencio. Es posible que Watanabe se haya escapado de Sputnik, mi amor, al igual que Rioko, suerte de Izu y, Midori o Naoko, suerte de Sumire.

Los personajes de la compañía Murakami beben interminables litros de café y toman vino hasta el amanecer. Usan teléfonos públicos, sacan de sus bolsillos cajetillas de Marlboro y tienen una extraña fascinación por recluirse en el vagón de un tren. En la oscuridad del metro. En una habitación de hotel. En un sanatorio mental o simplemente en la soledad del hogar. Dan largos paseos para terminar nuevamente solos. Se besan para terminar nuevamente solos. Hacen el amor para terminar nuevamente solos. Se aman para terminar nuevamente solos. Se encuentran y están solos.
Desaparecen. Optan por lo más simple. Se suicidan. Más allá de la muerte, no han dejado de existir. Elaboran un ensayo. El suicidio y la muerte física o el suicidio y la muerte psíquica. La claudicación del deseo.

En Kafka on the shore – última de sus novelas- Oshima, uno de los personajes, sentencia: “Es todo una cuestión de imaginación. Nuestra responsabilidad comienza con el poder de imaginar. Como dijo Yeats: En los sueños comienzan nuestras responsabilidades. Dándole la vuelta, también se puede decir que ninguna responsabilidad puede surgir si no existe el poder de imaginar”.

Con esto basta. Y creo que a partir de esta afirmación es preciso reconocer la naturaleza de los personajes en Tokio Blues y Sputnik, mi amor. Cada quien sufre la responsabilidad de su propio sueño. Del poder imaginar.
Porque la vida de los personajes es destruida en gran parte por un sueño. La vida ha sido quebrada por una inexplicable circunstancia. Por un evento indiferenciado en el límite de la realidad y los sueños. Sucede con Sumire. Sumire absorve las consecuencias de un sueño y Naoko las de una realidad producida.

El mundo de los sueños parece no alcanzar el propósito de los personajes. Por eso, cada sueño aparece como un despojo de la realidad. Y a su vez la realidad aparece como un despojo de los sueños. El sueño de Sumire en Sputnik, mi amor. La historia de Rioko en Tokio Blues.

El sueño y la imaginación ejecutan un homicidio psíquico que quiebra el relato personal e inmoviliza a los personajes que deciden configurar a partir y por ese momento, una historia sin propósitos, alejados de ese sueño que sin haber sido su destino, ha sido su fracaso. Tempranamente.

Quizá la única diferencia entre ambas novelas sea la que produce estos límites. La imaginación. En Tokio Blues, cada personaje se altera con la realidad de un evento y, en Sputnik, mi amor, ante la (ir)realidad de un sueño. Ante la posibilidad de permanecer en la (ir)realidad. Alterados por el miedo. A Izu, el cabello se le pone blanco. Sumire desaparece y deja escritas dos historias. Rioko lo abandona todo, decide permanecer recluida en un sanatorio y cuidar de Naoko.

Cuando te disparan, sangras.

El suicidio es la desaparición de la mente. De la conciencia. De la voluntad y la elección. El cuerpo es solo lo primero.
Observamos dos niveles existenciales. Dos (re)soluciones vitales: el suicidio físico y el suicidio psíquico. Ambos como representación de los temas centrales y respectivos en cada novela. En Sputnik, mi amor, son Sumire e Izu y, en Tokio Blues, Kizuki y Naoko. Han dejado de existir. Y su presencia permanece incólume. Más allá de la muerte no han dejado de existir. Para el resto.

Se prolongan las historias.

Las historias de Murakami quedan dando vueltas. Como melodía pegajosa. Su lectura es adictiva y bajo síndrome de abstinencia uno vuelve a recaer en el vicio. Y se instala nuevamente la (re)lectura como si se tratase de un reality show. No podemos intervenir. Tenemos que vivir la historia fuera de la historia. Permanecer en la piel.


POSDATA:
Hay quienes han proclamado el grito de libertad: I love Murakami.

3 comments | martes, julio 04, 2006







Bjork se encuentra con Antony Hegarty y los the Johnson´s y Toumani Diabate en Jamaica, grabando un disco. Lo más probable es que se trate de un disco de Bjork que recoja estas colaboraciones. Aunque no hay que descartar lo contrario y habría que suponer que es ella quien colabora con el resto. Cada colaboración está a la altura de quien la recibe. Recuerden: cualquiera, de apellido Diabate, es un genio.

¿Qué debemos esperar de todo esto? Lo mínimo. Que no pase de este año.