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0 comments | domingo, junio 19, 2005

Cristina Grossman, en cama, antes de dormir. Junio del 2005.

Llegue a pensar que quizá podría pasar toda mi vida con él. Que podría hacerme totalmente feliz. Pero me equivoqué. Yo no sabía si el realmente me amaba a pesar de repetirme todos los días la frase te amo. Si bien no me amaba (o mas bien yo dudaba de su amor) me hacia feliz. Pude haber cambiado cualquier cosa por su sonrisa. Conocía perfectamente cada una de las
regiones de mi cuerpo que observaba con una ternura solo capaz de movilizarme en ese momento. Pasaba su tiempo el solo y conmigo encerrados en su habitación. Afuera era como si tuviera que enfrentarme a todos y a poner a prueba ese amor que decía sentir. Hizo muchas cosas por mí, no lo puedo negar.
Yo quizá hice muy pocas a pesar y a pesar de intentar el cambio. El tiempo lo destruye todo y así mis visitas se hicieron cada vez mas seguidas. Intenté cosas nuevas pero siempre bajo ese fondo de inmadurez e inseguridad que no podía correr. Al poco tiempo llego ese día que termino siendo como el inicio, solo aparente. Su amor, o talvez el mío terminó convirtiéndose en sufrimiento, en dos sufrimientos iguales pero distintos, propio del amor o de lo que solíamos llamar amor. Su seguridad incrementaba la mía, insegura. ¿Por qué llegue a pensar que el era todo lo que yo necesitaba? ¿Por qué llegue a quitarle a cada gesto su contenido? ¿Y, por qué si encontrando en él todo lo que necesitaba jamás llegue a sentirme segura? Huir; huir se transformo en mi disciplina y lejos me sentía cada vez mas cerca. Mientras más cerca, más lejos. Jamás encontraría conmigo lo que necesitaba. Ni siquiera recuerda mi cumpleaños.

0 comments | domingo, junio 12, 2005

Uno trata de tapar la tristeza con una serie de artilugios. Enciendes el televisor para que el ruido tape su silencio. Pones algo de música con la esperanza de poder escuchar atentamente cada canción o intentar quedar atrapado dentro de una melodía. Intentas dormir como si cerrando los ojos fueras a olvidar todo aquello con la esperanza de levantarte en algún otro lugar o esperando que el sueño se lleve también esos recuerdos esperando que al olvidar el sueño olvides también esos recuerdos.
El sueño emprende la fuga y solo te queda el recuerdo de la sustancia fisiológica. Intentas tapar el día con la noche, la noche con el día, el amor con el encierro, el incesto con la masturbación; y toda la culpa solo.

Y cuando aparece la sensación de ser otro intentas salir, llamar a esa persona y hablar o buscar alguien con quien compartir (simplemente algo). Y con todo eso no haces más que aumentar la culpa.

1 comments | jueves, junio 02, 2005

Pan Sonic parte de la base de una estructura rítmica constante que se combina en cada pieza con 2 o 3 elementos. La omisión y la repetición refuerzan la narrativa de manera que anulan toda clase de elemento decorativo tensando y eliminando toda referencia representativa en la música. El sistema serial ilimitado elimina la jerarquía para dar paso a la simplicidad y la unidad permanente, al tiempo primitivo con la mayor intensidad, sin ornamentaciones narrativas. Lo no audible refuerza la narración en su conjunto. Hay una atmósfera muy sutil que se genera y se refuerza en el esquema estructural del ritmo. La repetición se transforma en un mecanismo estético que efectivamente se contrapone a lo que supondría cualquier repetición. Percepción pura, atemporal. Ilimitada.