<link rel="me" href="https://www.blogger.com/profile/17180521463143676672" /> <meta name='google-adsense-platform-account' content='ca-host-pub-1556223355139109'/> <meta name='google-adsense-platform-domain' content='blogspot.com'/> <!-- --><style type="text/css">@import url(//www.blogger.com/static/v1/v-css/navbar/3334278262-classic.css); div.b-mobile {display:none;} </style> </head><body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d9127958\x26blogName\x3dim%C3%A1genes+sin+resolver\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLUE\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://ahinama.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_PE\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttps://ahinama.blogspot.com/\x26vt\x3d5699149405739109085', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>
17 comments | miércoles, noviembre 14, 2007

Contrabandeo este artículo interesante -aparecido hace unos días en el New York Times- del foro del Grupo de Formación de Psicoterapia Sistémica Breve que dirige César Vásquez. Atención a todos los que acuden a psicoterapia y no saben cuando acabar. Y lo que es peor: no encuentran soluciones. Recuerden que es necesario que en cada sesión hay que evaluar nuestras metas y objetivos. El modo más simple de observación es la escala. Aplíquenla.

Consejos de un experto
Cómo saber cuándo poner fin a la terapia
Claves para darse cuenta de si las metas ya se han cumplido
(La Nación)


NUEVA YORK.– Si usted piensa que terminar la relación con un amante o un esposo es difícil, intente cortar con su psicoterapeuta.
Una escritora amiga mía lo intentó hace muy poco y le resultó sorprendentemente dificultoso. Varios meses después de conseguir el contrato para un libro advirtió que tenía problemas.
“Estaba completamente paralizada y no podía escribir –dijo–. Tenía que hacer algo pronto, así que decidí ingresar en psicoterapia.”
Lo que comenzó como un caso simple de bloqueo de un escritor se convirtió en siete años de intensa terapia. Ante todo, ella encontró que la terapia le era muy útil. Terminó una segunda novela y sintió que la relación con su marido era más fuerte. Pero cuando mencionó el tema de terminar su tratamiento, su terapeuta se resistió fuertemente, lo que molestó a la paciente. “¿Por qué necesito la terapia –quiso saber–, si me estoy sintiendo bien?”
Millones de personas realizan psicoterapia y la experiencia de mi amiga despierta dos preguntas relacionadas y asombrosas: ¿cómo sabe uno que está lo suficientemente sano para decirle adiós al terapeuta? y ¿cómo debería el profesional manejar la situación?
Salvo raras excepciones, el objetivo último de todo buen terapeuta es llegar a no ser más necesario. Después de todo, sea lo que sea lo que lo llevó a hacer una terapia en primer lugar -depresión, ansiedad, problemas de relación-, el objetivo común del tratamiento es sentirse y funcionar mejor independientemente de su terapeuta.
Digámoslo francamente: se supone que una buena terapia tiene que llegar a un punto final. Pero ¿cuándo? ¿Y cómo lo sabe el paciente? ¿El criterio para finalizar es la "cura" o sólo se trata de sentirse lo suficientemente bien como para suspenderla y vivir las inevitables limitaciones y problemas que todos tenemos?
Salir de la rutina
El término "cura", pienso, es ilusorio, incluso indeseable, porque siempre habrá problemas que solucionar. No tener problemas es un objetivo irreal. Para los pacientes es más importante poder manejar sus problemas y la adversidad cuando inevitablemente llega.
Pero aun cuando los pacientes sienten que han logrado algo importante en la terapia y están "lo suficientemente bien", no es siempre fácil decirle adiós al terapeuta.
No hace mucho tiempo evalué a un abogado que había estado haciendo psicoterapia durante nueve años. La había comenzado, según me dijo, porque le faltaba sentido de dirección y no tenía relaciones cercanas.
Pero durante seis o siete años había sentido que él y su terapeuta sólo estaban perdiendo el tiempo. La terapia se había convertido en una rutina, como ir al gimnasio.
"No es que haya pasado algo malo -me dijo-. Es que no está pasando nada." Ya no era una psicoterapia sino una forma cara de conversar. Entonces, ¿por qué continuaba con ella? En parte, creo, porque la terapia es esencialmente una relación desigual. Los pacientes tienden a ser dependientes de los terapeutas.
Aun cuando la terapia es problemática o insatisfactoria, podría ser preferible a dejar todo y recomenzar nuevamente, con un terapeuta desconocido. Más allá de eso, los pacientes a menudo no dejan la terapia por la sola razón que la comenzaron.
Por ejemplo, un paciente dependiente no puede abandonar a su terapeuta; uno masoquista sufre en silencio el tratamiento con un terapeuta que lo retiene; uno narcisista, ansioso por gustar, teme desafiar al terapeuta y así sucesivamente.
Por supuesto, uno puede preguntarse por qué en esos casos los terapeutas no piden una pausa y se preguntan si el tratamiento está estancado o no está funcionando. Puedo pensar varias razones.
Algo más que entusiasmo
Para comenzar, los terapeutas son gente entusiasta y siempre pueden identificar nuevos temas en los que uno puede trabajar. Luego, por supuesto, hay un motivo del que no se habla. Los terapeutas tienen inevitables intereses económicos para mantener a sus pacientes en tratamiento.
Por otro lado, los terapeutas tiene necesidades emocionales insatisfechas, como cualquier otro, que algunos pacientes satisfacen. Los terapeutas pueden encontrar que algunos pacientes son tan interesantes, excitantes o divertidos que puede resultarles difícil dejarlos ir.
Así que la mejor manera de responder a la pregunta "¿ya estoy listo para dejar la terapia?" es enfrentarla. Periódicamente, analice su progreso y pídale a su analista que le hable al respecto.
¿Cuán cerca está de sus objetivos? ¿Cuánto mejor se siente? ¿Sus relaciones y su trabajo son más satisfactorios?, son algunas preguntas posibles.
Hasta puede preguntarles a amigos cercanos o a su pareja si ven algún cambio. Si piensa que está mejor y considera finalizar el tratamiento pero el terapeuta no está de acuerdo, es el momento para una consulta independiente. En efecto, luego de una consulta, mi amiga escritora terminó su terapia y no lo lamenta.
El abogado finalmente reunió el coraje para decirle a su terapeuta que a pesar de que disfrutaba de hablar con ella, realmente sentía que había llegado el momento de terminar. Para su sorpresa, ella estuvo de acuerdo.
Si contrariamente a ellos dos, usted todavía no puede decidir si quedarse o partir, considere la posibilidad de un experimento. Tómese varios meses y vea cómo es la vida sin la terapia. De esa manera tendrá la posibilidad de juzgar los efectos sin estar realmente en tratamiento y sin pagar por él. Recuerde que siempre puede volver.

Por Richard A. Friedman
De The New York Times
El autor es profesor de psiquiatría del Colegio de Medicina Weill Cornell, de los Estados Unidos
Traducción: María Elena Rey

7 comments | jueves, octubre 25, 2007

4 comments

1 comments | martes, octubre 09, 2007



Stardust!

Todos los miércoles

6:30 pm.

Sala de Observación

Universidad César Vallejo

1 comments | sábado, setiembre 22, 2007



2 comments | martes, setiembre 18, 2007







El día de hoy estaremos concluyendo con la primera parte de la muestra de cine contemporáneo, Primera Piel. Infancia y adolescencia en el cine contemporáneo con la proyección de El largo día acaba, del genial Terence Davis. Con esto culminamos el periodo de la infancia para trasladarno hacia la adolescencia. El film que inaugura este periodo es La Promesa, de los hermanos Dardenne. Las proyecciones van a las 7pm. en el Auditorio Principal de la universidad César Vallejo de Lima Norte






Asimismo, para maña miércoles, Mal de Ojo tiene programado Crimson Gold, como parte del ciclo Un mundo casi perfecto. Cine, sociedad y periferia, a partir de las 6:30pm. El ingreso para todas las funciones es libre.


1 comments | miércoles, setiembre 05, 2007



Ya obsesionado con los cruces genéticos inconscientes, podemos imaginar ahora mismo una estrecha complicidad, aquella que desde la voz de Chavela Vargas no veíamos venir. Lila Downs ha encontrado en Lhasa de Sela a una verdadera amante: hacía tanto tiempo que una voz no nos hacía olvidar tantas cosas. Y celebrar y convertirse en una adicción.
Lhasa de Sela es ya uno de los mejores descubrimientos en lo que va del año.







Más sobre Lhasa de Sela en audiorama.

14 comments | martes, setiembre 04, 2007





Este será un mes -como afirma Enrique- de exceso cinéfilo. Paralelamente a nuestras actividades de cineclub, estaremos desarrollando ( la Universidad César Vallejo - Lima Norte) junto al proyecto Ver o No Ver que dirige Enrique Vivar, lo que será nuestra Primera Muestra de Cine: Primera Piel. Infancia y Adolescencia en el cine contemporáneo. Serán dos semanas intensas de puro cine, donde desarrollaremos una primera parte dedicada a la infancia y otra siguiente dedicada a la adolescencia. El ingreso es libre y las proyecciones comienzan a las 7 pm.


Por otro lado empezamos con el ciclo de Setiembre este miércoles con la proyección de Bolivia. Las proyecciones comienzan a las 6:30 pm. y el ingreso es igualmente libre. La recepción de los chicos con el proyecto ha sido muy agradable. Hace unos días recibí un mail de Jael, quien es quizá la más entusiasta de nuestras asistentes, con un testimonio más que gratificante sobre su relación con el cine formada hasta hoy en el espacio de Mal de Ojo. ( Pueden leer el testimonio de Jael AQUÍ.)


Sobre ambos proyectos, la muestra de cine y las actividades del cineclub, respondemos a la entrevista que la gente de Cinencuentro acaba de publicar y agradecemos por su interés y colaboración.

Pueden leer la entrevista AQUÍ.

3 comments


La muestra de este mes, es fundamental para el entendimiento del audiovisual moderno y los mecanismos de representación utilizados en el cine tanto clásico como contemporáneo y como estas herramientas son claves para la elaboración de un discurso cinematográfico.

La cuarta entrega de Mal de Ojo tiene como punto de discusión la periferia en las ciudades tanto del llamado tercer mundo (países de Latinoamérica) como del primer mundo (en este caso Europa y Asia), haciendo evidente que no existe tal diferencia de denominación sino que en un mundo globalizado los extremos coinciden y sorprenden.


El mundo es una gran sociedad cada vez más estandarizada pero llena de grietas que hace zanjan cualquier discurso posible. Bajo esta óptica social, económica y política, veremos como estos factores afectan la vida del ciudadano de la urbe. Así, el espectador podrá sacar conclusiones respecto al sentido periférico de subsistencia y poder compararlo con el que ve día a día en su comunidad. No es estrictamente cine de lo real, son propuestas artísticas de alto nivel conceptual que utilizan muchos recursos documentales pero logran llevar la propuesta fílmica a un nivel mas elevado. Auténtico cine de autor.


Siendo el guión y el montaje herramientas de comunicación indispensables en la elaboración del discurso audiovisual (sin ellos no existiría el cine per se), es ideal que el alumno de Ciencias de la Comunicación de nuestra institución educativa, conozca que significan estos recursos y para qué sirven. Las películas o audiovisuales no se generan espontáneamente, existe un lenguaje y una construcción de significado; también existe un mecanismo de representación de la realidad. Que mejor asociar estas actividades profesionales con el discurso propuesto por las películas que conforman la muestra Un Mundo casi perfecto. Cine, sociedad y periferia.


Es interesante bajo lo mencionado anteriormente, resaltar valores en las siguientes películas referentes al espacio -tiempo (es decir guión y montaje):

Bolivia:
El encierro tratado como una bomba de tiempo a punto de estallar. Unos cuantos personajes conviven en una cafetería de mala muerte en la Buenos Aires de finales de los 90s, una ciudad a punto de colapsar económicamente pero que aun es fuente de atracción para inmigrantes ilegales. Racismo y violencia tratados con mano maestra y un montaje exacto, milimétrico, que logra generar tanta tensión como el más acabado thriller industrial.

Xiao Wu:
Radical propuesta de autor. Si el tiempo es tratado como mecano en Bolivia, aquí es utilizado como simple y potente espejo de la realidad de la china capitalista, aquella que irónicamente pasó por alto al gris ciudadano común, base de su famosa revolución. Es la vida opaca de un carterista inepto y la radiografía de una existencia aniquilada antes de empezar.

Crimson Gold:
Direccionada más hacia el cine realista y de clara denuncia social. Con guión del maestro Abbas Kiarostami que basó su trabajo en una noticia que conmocionó las primeras planas de los diarios de Irán, el suicidio publico de un repartidor de pizzas devenido en ladrón de joyas. Es un cine en motocicleta, reemplazo de la bicicleta neorrealista y al mismo tiempo testimonio al vuelo de una realidad abigarrada y muy violenta. Guión en tiempo regresivo. Montaje sobrio, clásico. Exquisito.

Rosetta:
La obra maestra de los hermanos Dardenne, documentalistas belgas que describen unas horas en la vida de una muchacha que defiende su oportunidad laboral con uñas y dientes. El montaje es desenfrenado, una montaña rusa, un thriller social salvaje. El suspenso invertido, Hitchcock en los 90s. Tal vez una de las películas mas importantes de la historia.

La Ciudad esta tranquila:
Película coral y muy desencantada de la civilización europea. Ideales muertos, pobreza y una falta de ganas de vivir que contraponen la cara exitosa de la sociedad europea. Robert Guediguian habla de Marsella, su ciudad natal, pero el arco es tan grande que la empatía es inocultable. Hay muchos muertos en vida en nuestra sociedad también, y al parecer ningún salvataje económico a la vista. Cine seco. Montaje austero que obliga a ver para entender.

Killer of sheep:
La vida en el ghetto. Microcosmos negro, sociedad en ebullición. Charles Burnett, el más importante cineasta de la sociedad negra de Estados Unidos, habla con la voz de la autenticidad, es su vida y la gente que ha visto lo que vemos en pantalla. Sofisticación máxima acompañarla con el jazz mas hermoso compuesto jamás. Una obra maestra.