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domingo, abril 23, 2006
La campaña de Lourdes Flores estuvo llena de errores. Desde mostrar los detrás de cámaras y making off de sus spots publicitarios que delataban una imagen por demás maquillada; el niño que ilustraba al pobre trabajando en la calle era en realidad un pequeño actor maquillado y disfrazado de utilería para la ocasión. El electorado asoció su imagen con este disfraz. El electorado, en sumo videns, asoció su imagen con la misma utilería.
El error más grande ha sido no confrontar el adjetivo de “candidata de los ricos”. Y no era necesario decir que no era la candidata de los ricos. Pudo aprovechar creativamente este calificativo y darle vuelta en su propósito y forma, más no en su negación. Pero no lo hizo y fue arrinconada por dos virtuales candidatos a la segunda vuelta.
Pudo aprovechar el argumento y “aprovecharse de los ricos”; concluir la idea de que un eventual gobierno de Unidad Nacional usaría el pacto con las empresas para deconstruir la pobreza con la ayuda del capital y las grandes inversiones. La idea de que el estado con el uso de “los ricos” provocaría ingresos en los demás sectores, los más olvidados. Capitular ecológicamente la oferta de los 650 mil empleos al año. Relatos sobran. Toda reforma depende de los que más poder tienen: los empresarios. Empresarios y no “empresaurios” como afirma Carlos Basombrío. Porque toda reforma requiere también de los más poderosos. Es contractual negarlo, las reformas requieren del poder económico. Negociar con los empresarios es una tarea totalmente legítima. Aunque los buenos empresarios sean solo una minoría.
Lourdes se autoculpó. Aceptó con silencio el pecado de ser “la candidata de los ricos” y selló una imagen. Este argumento estúpido tumbó su candidatura cuando pudo ella misma en su oportunidad, construir historia.
Y a la luz, conocemos a los que verdaderamente se topan con los ricos “empresaurios” (Lerner Ghitis, Delgado Parker) que no pertenecen a esa ilustre minoría; la de los buenos empresarios.
Y tendremos la más lamentable e indeseada segunda vuelta en la historia de la democracia peruana.
POSDATA: Más allá de todo, Lourdes fue honesta y decente. Algunos incluso le han enviado flores.
4 Comments:
De hecho fue una campaña llena de errores, y nada originales.
Hay similitud a la derrota que tuvo Mario VLL en el 90; debido a que se le consideró también un candidato ideal; que fue despreciado a pesar de ser explícito el apoyo que le otorgaban los medios en su totalidad.
Y uno piensa... si los medios se la pasan enrumbando a la opinión pública a un sólo objetivo... si las encuestadoras te mantuvieron casi siempre en primer lugar; si te hacen quedar siempre bien.... ¿porqué no eres la presidenta del Perú a estas alturas?
Pues porque la población se da cuenta cuando el poder apunta a un solo candidato, cuando los dueños de las radios, de los canales y de los diarios han tomado un solo y visible partido. EL pueblo no cae tan fácil, como se ha comprobado en estas elecciones.
Tampoco me pareció "honesta y decente" su participación... entre las pocas críticas que ha recibido, está la de haber exagerado sus promesas en cuanto a puestos de trabajo por año; además del dedo que les sacó a las señoras que la abuchearon, o el logo de Unidad Nacional que aparecía al final de los comerciales de "Alan nunca más".
En fin, como dijo Diez Canseco, Lourdes es una mujer, que aparece cargando niños y comiendo cuy cuando jamás antes lo ha hecho. Y esa imagen impostada, el bailecito, los discursos abstractos, donde alternaba las palabras "democracia, justicia, liderazgo" y sin nunca hablar de planes concretos, no lograron convencer a ganar.
Me sigo preguntando porqué se consideró una buena candidata.
3:10 p. m.
Aclaro:
1. La promesa de los 650 mil puestos de trabajo fue correctamente sustentada por la candidata.
2. El dedito en mención fue una invención de La República. Imágenes comprobaron que se trataba del dedo índice que acostumbra mostrar emulando al su líder.
4:40 p. m.
sustentada? cuándo?
"al su líder"?? no entendí...
5:17 p. m.
Excellent, love it! »
2:54 a. m.
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