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Los remanentes de Sendero Luminoso no constituyen un peligro para la seguridad del estado y la ciudadania. Es decir, mientras no lleguen los coche bombas a las ciudades y sigan muriendo unos cuantos policías y civiles en la selva, todo esta bien, no hay problema.

La estupidez y la ignorancia son virtudes inocultables. Ollanta Humala se ha convertido en el nuevo aliado del narcotráfico y el terrorismo al sembrar, en un acto simbólico, una plantita de coca en el Brae (2.9 toneladas de hoja de coca, 8.49 kilos de cocaína por cada hectárea), la zona de mayor cultivo ilegal y zonas de maceración en la selva. Para Ollanta Humala el narcotráfico es incompatible al terrorismo, Sendero trabaja independientemente del narcotráfico y no significa en este momento, para él, ningún peligro para la seguridad ciudadana y del estado. Cuanta ignorancia y cinismo hay en esta afirmación. Lo que busca el candidato es abiertamente un pacto con el narcotráfico y los cocaleros a como de lugar y según su cerebrito militar se lo permita.
El oportunismo y la irresponsabilidad e ignorancia con la que este señor suele expresarse cada vez que tiene oportunidad de aparecer en pantalla o en algún lugar, es una amenaza y un peligro latente para la consolidación de cualquier futuro gobierno.

“Lo que nosotros haremos con la producción de la hoja de coca es industrializarla. Una cosa es la hoja de coca y otra es la cocaína. Nosotros estamos en contra de este mal social y, de llegar al gobierno, combatiremos este flagelo... Para que nuestra hoja de coca no vaya al narcotráfico la vamos a procesar aquí, y con ello crearemos más fuentes de trabajo a fin de que nuestros campesinos tengan mayores ingresos”. Esto afirmó Humala hace unos meses, aunque no explicó qué mercados comprarían esa producción cocalera.