imágenes sin resolver

Los políticos mienten. Quieren hacernos creer que aquello que alcanzan en las calles es espontáneo, que el cariño y la simpatía de la gente en las calles o en los mítines es genuino y que los partidos no intervienen en la asistencia y convocatoria de los mismos en plazas y espacios que convocan.
Me llega periódicamente por mi condición de estudiante de la universidad César Vallejo, propiedad del candidato al congreso César Acuña Peralta, algunos correos con propaganda del partido Alianza para el Progreso que por curiosidad (si bien ya me cansaron) no he marcado como spam. Uno de los último correos se titula “La verdadera encuesta está en las calles” y muestra imágenes de algunos mítines realizados en el norte del país.



Hay un par de fotos del mitin en Trujillo donde Acuña aparece cargado por uno de los jóvenes que trabaja en la portería de la universidad. (Es precavido y lleva su propia gente para que lo cargue). En esa misma foto se puede observar que algunas de las personas que lo rodean son empleados de la misma universidad (encerrados en círculo rojo). Además podemos observar su espíritu primario, de una notoriedad que opaca la de su candidato a la presidencia, Natale Amprimo. Y el mismo partido está inaugurando su propia encuestadora portátil, que recorre la ciudad de puerta en puerta para conocer la intención de voto del ciudadano común, al tiempo que reparte por la molestia, un pequeño presente que adorne su hogar y ubique las fechas. (POR FAVOR, NO MOLESTAR. Este hogar es católico… y no confía en Alianza para el Progreso).

Si ingresamos a la web del partido se puede leer algunos artículos de prensa preparados por su mismo equipo de prensa.

El señor Acuña afirma que quiere seguir trabajando por la educación, que es su pasión. Y la verdad es que EL SEÑOR ACUÑA NO ES NINGÚN EDUCADOR. ES UN EMPRESARIO QUE SE MUEVE EN EL RUBRO DE LA EDUCACIÓN. (He aquí la primera mentira). Tener universidades no lo hace EDUCADOR. EDUCADOR es que el enseña en las aulas (o fuera de ellas). Educador es la persona de la que se aprende, que en enseña facultades intelectuales, afectivas y morales. EL ES SOLO EL DUEÑO DE ALGUNAS UNIVERSIDADES. Y por cierto, la universidad César Vallejo, si bien presenta algunos beneficios para ciertos alumnos, es una universidad costosa. Lo que lo distingue inmediatamente de ser un educador. Es solo un empresario. (Y el mismo discurso ha tomado aquí en la ciudad, otro empresario que se alucina también educador: Alberto Escudero, dueño de Leonardo Da Vinci, candidato para el congreso en el partido de Humala).

La campaña proselitista de Acuña esta cargada de regalos y paternalismo (ese viejo paternalismo que encanta a los peruanos). En una nota de prensa se lee lo siguiente (prestar atención): “Acuña Peralta dijo que a diferencia de otros candidatos, él sí cumple lo que promete y no hace ofrecimientos sólo por campaña electoral o por ganar votos, sino que quiere ver feliz a la gente más necesitada, pues él vivió la necesidad muy de cerca”. No le creo. Y algunos de mis compañeros tampoco. Hago memoria y me remito a algunos hechos (para algunos casos tengo excelente memoria):

1. No olvidamos que en el 2004 se llevó a cabo una reunión con el señor Acuña que en su calidad de Rector, se comprometió a devolvernos gratuitamente unos cursos que el “ingenioso y moderno” cambio de currícula de la Facultad de Psicología nos había quitado. Y eran cursos por demás importantísimos y básicos, imprescindibles. El se ofreció a reponerlos en el verano del 2005. Y aún estamos esperando nuestros cursos (la segunda mentira). HIZO UNA PROMESA Y NO LA CUMPLIÓ JAMÁS.

2. Afirma que su interés no es hacer campaña ni ganar votos ni reconocimiento. Pero: se reúne a grupo de estudiantes, escogidos a dedo y por simpatía, para que pueda salir entre ellos el representante universitario para la CONAJU. Se escoge un grupo que iría a Chiclayo para la selección final. La primera recomendación que se les dió a los chicos fue la siguiente: HABLEN BIEN DEL INGENIERO ACUÑA, de todos los beneficios que les da, hablen bien de la universidad que eso nos dará prestigio. La universidad está llena de ayayeros, lamentablemente.



3. A fines del último ciclo del año que pasó, Acuña convoca a una reunión que consistió básicamente en su campaña personal. Repartió broussures que tenían su foto en la portada con un gesto exitoso y en las páginas interiores su currículo, sus logros y posteriormente una foto de su familia en la casita donde nació; todo era autoalabanza. Y todos mirábamos acojudados y sorprendidos los broussures mientras las autoridades educativas (le recuerdo señora directora de escuela) sonreían paterisimamente. Fue una noche realmente ridícula que bien pudimos denominar: Yo, Yo y Yo. Una nueva estructura de la personalidad. El señor repetía constantemente: no he venido a hacer campaña política…no he venido a hacer campaña política. (Se atrevió a decir que lo mas quiere para nosotros es que trabajemos para su institución y podamos ser como la profesora Karina que egresó de la universidad y ahora trabaja ahí: “ya quisieran tener ustedes el sueldo que tiene Karina” (Acuña dixit) en alusión a la directora del consultorio psicológico de la universidad y egresada de nuestra escuela). Recordábamos al niñito que se acerca a su madre con la boca marrón manchada de chocolate diciendo: ¡mami…mami, yo no me comí el chocolate! (Yacila dixit).

4. En diciembre, en vísperas de navidad, retazos de panteones ensuciaban y asqueaban las aulas. Los alumnos bajaban y subían las escaleras con una tacita en la mano. (En la explanada central del campus universitario, el equipo de sonido no dejaba de escupir melosos villancicos mientras en el aula intentábamos poner atención y escapar de ese bullicio impertinente y desatinado frente a la clase). La tacita tenía el logo de Alianza para el Progreso y la foto del señor Acuña. Todos los estudiantes hambrientos de panetón, chocolate y regalos ignoraban el verdadero propósito del gesto: Proselitismo político. Pero a los jóvenes esto no les interesa ni les importa. Creen que no les afecta. Estaban felices con sus tacitas. Y el panetón.


En época electoral visitó el asentamiento humano Alto Trujillo (distrito El Porvenir), acompañado por algunos de sus candidatos al congreso: “Las necesidades de los pobladores de esta zona son muchas y por lo pronto Acuña Peralta se comprometió a donar cinco volquetadas de afirmado para el asfaltado de la avenida principal de dicha zona. Esta avenida se encuentra ubicada en la manzana G- I, sector 3 - B de Alto Trujillo y su asaltado era el clamor de los pobladores, pero ninguna autoridad cumplió con lo prometido……. también se comprometió a donar uniformes para los ronderos de dicha zona, que combaten la delincuencia que azota esta zona sin contar con mayor apoyo…Los vecinos de esta zona agradecieron el gesto desprendido del líder de APP, pues dijeron durante años ninguna autoridad y político tradicional se ha acordado de las necesidades de los pobladores de Alto Trujillo”. Gesto desprendidísimo. Sí, seguro.

Si quiere ver feliz a la gente más necesitada no lo haga desde la política ni el paternalismo infecundo. ¿Porque no se arma una ONG? Sería más productivo.

Agradecemos el interés del señor Acuña por el bienestar de los egresados de su empresa o universidad. Pero es contractual que estos ingresen como docentes ni bien terminen de ser alumnos. El cuadro de mérito o una cantidad considerable de buenas notas no son la única clave para garantizar un desempeño personal y docente. Entonces, ¿qué sería lo mejor? ¿Qué debemos construir? Pues lo mejor sería preparar a esos mismos egresados con una maestría o un curso afín, que posibilite la extensión de su conocimiento y desarrollo personal, para volver con todo lo aprendido a sembrar la semillita en la misma universidad.

El señor Acuña podrá gozar de un enorme currículo académico, profesional y empresarial, y uno que otro reconocimiento en su labor social y personal aceptable. Pero no podrá tener el reconocimiento más valioso (por ahora): el de sus clientes, nosotros, los alumnos de la universidad que finalmente se reduce al cariño y reconocimiento de uno o dos profesores.