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Los libros de estruendomudo producen al primer contacto un interés terrible. Lo caprichoso y atractivo de su diseño salta literalmente a la vista. Lo estimulante al tacto y su buen gusto suelen combinar correctamente con el contenido, como es el caso de Una terraza propia. Nuevas narradoras argentinas, brillante reunión de autoras y cuentos realizada por Florencia Abbate y que define en 5 partes (insania, entre sueños turbios, desde otro lugar, politik pornoshop, derivas) y 22 cuentos, las tendencias actuales de la literatura –fuera del tópico genérico- generada por jóvenes escritoras ya establecidas en el circuito comercial y cultural y, otra parte todavía circulando en ediciones clandestinas e independientes.

Lo interesante es que la muestra obedece realmente su intención al buen trabajo y ofrece cuentos que admiten –casi en su totalidad- la intención de un producto bien elaborado, con resultados de buena calidad. Cuentos que escapan y distancian de la simple narración y el argumento. Aquí no hay historias de mujeres simples que pretenden ser complejas. Ni tampoco existe una condición desde la cual se escribe. (Como es el caso de otro libro condicional de la misma editorial, Crisis respiratoria. Un volumen de cuentos monotemático que compré con entusiasmo para llevarme finalmente una ingrata sorpresa.) Los relatos son rigurosos y la variedad muy grata. Una de las mejores publicaciones que ha editado estruendomudo.