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El mismo, sí, el mismo que escribió El mal de Montano, Dr. Pasavento, Suicidios ejemplares, La asesina ilustrada, Bartleby y Co., París era una fiesta, Historia abreviada de la literatura portátil, el señor Enrique Vila-Matas, ha sido parte del jurado que premió dos libros tan aburridos (no quiero decir literatura mediocre porque eso sería “entrar-en-un-nivel-crítico-que-no-me-corresponde”) como La hora azul, premio Herralde de novela de Alonso Cueto y, Breve historia de la inmortalidad, premio Lengua de Trapo de Narrativa 1996 de Antonio Álamo (sus tres primera páginas y sus peces son realmente muy divertidas. Lo demás pertenece a lo demás).

¿Habrá quedado encantado Vila-Matas con alguna de estas novelas? ¿O es que finalmente era lo más regular de todo?

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