Los acontecimientos ocurridos luego de la censura a Piero Quijano y sus caricaturas políticas, dejan muy claro que la torpeza nunca es muda o ciega, y que las fuerzas de represión no impiden que las personas se expresen, sino que sucede todo lo contrario, las impulsan a expresarse.
Las Fuerzas Armadas, el INC y el propio gobierno: moralistas enmascarados.
Soñaremos el día en que estas autoridades puedan sentir el encanto y derecho de no tener nada que decir. Esta será la única condición a partir de la cual pueda surgir algo que realmente merezca la pena ser dicho.
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