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El fin de semana que sucedió un email circuló por la ciudad:

HOLA:

Te aviso que para el sábado 20 en la plaza de armas al pie del monumento realizaremos un plantón al cual le hemos llamado animalista en protesta con la abusiva medida del Municipio de eliminar a los perritos sin dueño que deambulan por los parques echándoles el bocado veneno (estricnina) mediante el cual los perros cuando ingieren este químico mueren en medio de espasmos y con sufrimiento atroz es por esto que por primera vez la Defensoría de los Animales ha coordinado con las demás instituciones protectoras para llevar adelante esta medida de protesta. Es por ello que te invitamos a participar activamente en defensa de la vida de nuestros mejores amigos. Así mismo te pedimos pasas la voz a tus familiares y amistades para que nos acompañen y vea la gente que aquí en Trujillo los animalitos no están desamparados. Si puedes lleva una cartulina con algún slogan si no puedes no importa para nosotros lo mas importante es tu presencia. Un abrazo. Dra. lilly Cerna

La gente de la Defensoría de los animales realizó un plantón de protesta el día sábado en la plaza de armas fuera de la municipalidad. Estos gestos me generan desconfianza y observo ciertas contradicciones en la conducta de los “defensores”. Resulta paradójico que se animen a realizar plantones y marchas de protesta teniendo en cuenta lo siguiente, resumido en un correo emitido a la Dra. Cerna y la Defensoría de los animales:

Miembros de la Defensoría de los animales, Dra. Lilly Cerna:

Me conmueve de sobremanera la acción que piensan llevar a cabo. No dudo de sus buenas intenciones. Los animales merecen vivir, merecen respeto. La medida que toma la municipalidad de erradicar a todos los perros vagabundos me recuerda al gesto del psiquiatra, Dante Cabos Yépez, de querer recoger a todos los vagabundos de la ciudad que padecen de esquizofrenia (su totalidad) con el fin de formar una ONG para acumular mayores ingresos en su cuenta corriente o aspirar (de repente, imagino, me lo comentó una señora que trabajó muy pero muy cerca de él en ese proyecto invirtiendo su tiempo y energía con las mejores intenciones, lo aseguro) a un puesto político (¿esta de moda no?)
Deberían darle mejor uso al insecticida y colarlo en los cócteles que realiza la clase política para discutir asuntos relacionados con el control, no el gobierno, de la ciudad y sus habitantes. ¿Por qué no destruimos la muralla?
Se han preguntado ustedes en que circunstancias mueren los animales que día a día se llevan a la boca. Llámense: pollos, cuyes, pavos, patos, burros, caballos, reces, etc. ¿Imagino que también son sacrificados verdad? Nadie espera sentado su muerte. Son también tan animales y amigos del hombre como los perros que deambulan por la calle (en la sierra el mejor amigo del hombre es el burro, me consta). No quiero pecar de moralista ni ser la voz cantante del vegetarianismo y demás ismos, todo lo contrario; pero estoy totalmente convencido que el común denominador de las personas no tienen ninguna autoridad moral y ética para protestar en beneficio de los animales pues tendrían antes que asumir esa gran contradicción. Es como pretender realizar una protesta en la puerta de la Plaza de Toros para defender los derechos vitales del toro que esa tarde será sacrificado y que al siguiente día ustedes comprarán por kilos en el mercado para el consumo familiar. ¿Que paradójico verdad? Pero así funciona. ¿Un ejemplo? El siguiente:

La plaza de toros de Huamachuco está repleta; un astillero montado en su cabello empieza a picar al toro con su lanza. Este sangra demasiado. La gente (defensora de los animales) abuchea al jinete y se oyen las pifias y los reclamos por tal actitud: ¡abusivo, abusivo, pobre toro! El hombre que animaba la corrida con el micrófono en mano dice: “y no olviden que con la carne de los toros sacrificados el día de hoy estaremos organizando la gran parrillada gratuita para toda la comunidad”. La gente agradecida y bendecida por los toros se para de su asiento y sentencian al unísono la muerte del toro: “!ehhhh, mátalo, pícalo, pícalo, más fuerte, que sangre!”.

Universidades como la Upao o la César Vallejo también están metidas en el negocio. Estas instituciones compran perros que posteriormente serán abiertos en el laboratorio sin hacer uso de anestesia ni medicamento alguno que calme el sufrimiento del animal. Compruébenlo, es constante. Cierto día sentado en las escaleras paso por mi lado un hombre de blanco mandil portando un enorme saco desde los que se oía el llanto de un perro y su cachorro. El perro es abierto vivo sujetado de las patas para que los estudiantes puedan diferenciar sus órganos internos y su funcionamiento (para eso necesitan al perro vivo). ¿Quieren pruebas, no lo creen? Pues bueno, estoy adjuntando con este email una foto tomada en el laboratorio de la facultad de medicina de la universidad cesar vallejo. ¿Serian capaces de realizar un plantón en el frontis de la universidad?
¿La defensoría de los animales ha visitado alguna vez el camal? Yo creo que seria un buen ejercicio de preparación para todos sus miembros, quizá así piensen dos veces antes de llevarse un bocado de carne a la boca o realizar una protesta. Para protestar y defender los derechos de los animales hay que ser consecuentes con las acciones que realizamos y no mirar la realidad de lejos ni apoyados de una sola columna y punto de vista. De lo contrario las acciones solo se convertirían en simples y fútiles actos simbólicos y políticos.
En Trujillo como en el mundo entero todos los animales viven en total desamparo. Hechos y actos consecuentes es la medida. El estatuto del sujeto es más ético que ontológico.
Si los miembros de la Defensoría de los animales se declaran en su totalidad vegetarianos, por favor disculpen la extensión de este email y las pretensiones del remitente. Reciban todo mi cariño sus animales, y ustedes.

Atentamente,

Jorge Ayala